Tipos de alimentos


Proteínas
Las proteínas están formadas por aminoácidos. Las proteínas que ingerimos son digeridas, descompuestas en aminoácidos, y estos son sintetizados por nuestro organismo para formar proteínas propias, por ejemplo insulina o hemoglobina. Es decir, para nuestro organismo son esenciales los aminoácidos, no las proteínas en si mismas. Existen 21 aminoácidos esenciales con los que se pueden componer todo tipo de proteínas necesarias para nuestro organismo, y de esos 21, 8 aminoácidos son esenciales. Los aminoácidos son fundamentales para nuestro organismo, ya que forman aproximadamente un 50% de nuestros tejidos, músculos, órganos y sistema inmunitario. También son básicos para formar glóbulos rojos (sangre).
La mayoría de naturópatas y nutricionistas recomiendan ingerir proteínas de origen vegetal, en vez de origen animal, ya que son más fáciles de digerir y sintetizar. Las proteínas de origen animal contienen purina, que es un compuesto a base de nitrógeno, que al ser metabolizado por nuestro organismo libera ácido úrico.
Alimentos considerados proteínas (en su composición predomina una gran parte proteica): Carnes rojas, carnes blancas, pescado blanco, pescado azul, marisco, lácteos y derivados y huevos. Los alimentos ricos en aminoácidos esenciales son los frutos secos, las legumbres, el arroz, los cereales y algunas algas como la espirulina.

Hidratos de carbono
Los hidratos de carbono también se suelen llamar glúcidos o carbohidratos. Son esenciales para nuestro organismo porque son una fuente básica e inmediata de energía. Los glúcidos o hidratos de carbono están compuestos por azúcares simples o complejos.
Existen hidratos de carbono simples (monosacáridos o disacáridos), como la fructosa, la sacarosa o la glucosa o complejos (polisacáridos), como los almidones, féculas o celulosa.
Nuestro organismo necesita carbohidratos para obtener de ellos glucosa, que es imprescindible para muchas funciones vitales de nuestro organismo ya que la glucosa es nuestra fuente principal de energía. Es transportada hasta el hígado, que regula la cantidad de glucosa en sangre. La glucosa se almacena en forma de glucógeno, no sólo en el hígado, sino también en los músculos. La glucosa que no se consume y no se puede almacenar (por exceso), se transforma en grasa, engordando el tejido adiposo.
Un exceso de glucosa en nuestro organismo puede resultar muy perjudicial y peligroso.
Alimentos considerados carbohidratos (ya sean simples o complejos, en su composición predomina una gran parte glúcida): Azúcares, frutas dulces, postres, harinas, cereales, legumbres, tubérculos y cacahuetes. Es decir, por ejemplo en este grupo se encuentra el pan, la pasta, la bollería o pastelería, la patata, el arroz, el trigo, el maíz, los garbanzos, los dátiles, la remolacha, la uva y por supuesto el azúcar.

Grasas
Las grasas son también denominados ácidos grasos o lípidos. La mayoría de las grasas en nuestro organismo son triglicéridos, por eso los lípidos también se suelen denominar triglicéridos. Además de los triglicéridos también son grasas los esteroles (aceites vegetales), el colesterol (grasa animal) o los fosfolípidos (formados por fósforo), aunque la clasificación de las grasas es mucho más amplia y compleja (esteroides, ceras, terpenos...).
Las grasas cumplen la función de combustible de reserva, almacenado en el tejido adiposo. También ayudan a mantener la temperatura corporal, actúan como aislante, protegen (“amortiguan”) los órganos, propician la formación de hormonas y enzimas y facilitan la absorción de vitaminas solubles en grasa, es decir, vitamina A, D, K y E. Además, las grasas resultan tan tentadoras en nuestra dieta porque aportan mucho sabor a los alimentos.
Las grasas se clasifican a grandes rasgos en: grasas saturadas, suelen ser sólidas y procedentes de animales, y grasas insaturadas suelen ser líquidas y procedentes de vegetales.
Un exceso de grasas saturadas en el organismo resulta muy perjudicial, ya que se acumula primero en el tejido adiposo, almacenándose y engordando este tejido, pero cuando este tejido no puede almacenar más grasa, esta se empieza a acumular en los órganos, atrofiándolos y en muchos casos dificultando su funcionamiento gravemente.
El colesterol que tanto preocupa hoy en día, es en realidad muy necesario para nuestro organismo, pero como cualquier otra sustancia, en exceso resulta muy perjudicial. Los alimentos ricos en grasas saturadas, producen un exceso de colesterol en nuestro organismo, es decir, la carne roja, los huevos (yema), los quesos curados o grasos, la mantequilla, los embutidos, el marisco y la bollería industrial.
Alimentos considerados grasas (en su composición predomina una gran parte grasa o lípida):Mantequilla, quesos grasos, aceites, olivas y pipas de girasol o calabaza y frutos secos. La carne y los embutidos serán considerados “grasas” dependiendo de su composición y su porcentaje, generalmente, contienen mayor cantidad de proteínas, por eso pertenecen al grupo proteico. También existen postres (helados, pasteles, chocolates, cremas...) que tienen mayor cantidad de grasa que de glúcidos, por eso se debe atender a su composición.

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